Los dos lagos

El Lago Albano

También llamado Lago de Castel Gandolfo porque en sus aguas se refleja la localidad que aloja la residencia pontificia.

Con sus 170 metros de profundidad, es el lago volcánico italiano más profundo y un destino frecuentado por los amantes de los deportes acuáticos, sobre todo del remo, la vela y el submarinismo. Además, a lo largo de sus casi 10 km de perímetro de orilla suelen verse corredores entrenando.

Pero el lago Albano no solo se visita por motivos deportivos. El encanto del paisaje, la riqueza de la vegetación y los hallazgos arqueológicos e histórico-artísticos hacen de él un destino agradable e interesante, perfecto para paseos relajantes e instructivos.

Un nuevo servicio puesto a disposición del Parque Natural Regional de Castelli Romani es un barco que permite a los visitantes navegar a lo largo del Sendero del Agua y acercarse de manera novedosa, sencilla e implicada a los temas ambientales e histórico-arqueológicos del Lago Albano. Toda la información al respecto se encuentra en la página web del Parque (en italiano y inglés). www.parcocastelliromani.it

Al igual que todas las cuencas lacustres de origen volcánico, el lago Albano no tiene ríos afluentes, sino que se alimenta de lluvia y de manantiales subterráneos.

En el año 397 a. C., los romanos realizaron una colosal obra de ingeniería hidráulica: un conducto artificial que permitía que las aguas del lago llegaran al mar y controlar así su nivel. Otros testimonios de la época romana que se pueden ver son el Ninfeo Dorico y el Ninfeo Bergantino. De la época medieval datan el Convento di Palazzolo y los pocos restos del Romitorio di S. Angelo (Ermita del Santo Ángel).

Puntos panorámicos desde los que puede admirarse el Lago Albano:

  • Detrás de la Chiesa di S, Tommaso (Iglesia de San Tomás), que se encuentra en la plaza principal de Castel Gandolfo, hay una terraza que concede una amplia vista del Lago.
  • Desde la explanada que hay un junto al Hotel Miralago, en via Calleria di Sopra (la carretera en torno al lago que conduce de Albano a Castelgandolfo).
  • Desde el Convento di Palazzolo
  • A lo largo de la Via dei Laghi (calle de los lagos) hay varias plazoletas para descansar con mirador.

El lago de Nemi

El más pequeño de los dos lagos castellanos en época antigua era conocido como «Specchio di Diana» (Espejo de Diana), porque a lo largo de su orilla se alzaban el Bosque Sagrado y el Templo-Santuario de Diana Nemorense, la diosa de los bosques.

El Lago de Nemi fue un apreciado lugar de diversión y veraneo para los antiguos romanos. El emperador Calígula organizaba grandiosos festejos en honor a Diana sobre sus famosas naves, que tenía ancladas en el centro de este pequeño lago volcánico y cuyos restos pueden visitarse hoy en el Museo de las Naves Romanas, situado en la misma orilla del lago.

En la actualidad, el encantador pueblecito medieval de Nemi es famoso, además, por la calidad de sus deliciosas fresas, cuyo cultivo ocupa gran parte de las orillas del lago.

Según el informe Goletta dei Laghi de 2009, el lago es apto para el baño en su totalidad, a excepción de la zona frente al Museo de las Naves.

Puntos panorámicos desde los que puede admirarse el Lago de Nemi:

  • Desde la plaza de Nemi sobre la que se asoma la Chiesa del Crocifisso (Iglesia del Crucifijo)
  • Desde el pequeño mirador que se encuentra justo después del arco que hay junto al Palacio Ruspoli
  • Desde el Parque Sforza Cesarini de Genzano